El presidente Mauricio Macri
recibió en la residencia de Olivos al padre Michael Belmont y a Jesús
Morales, un joven que logró dejar atrás un pasado de adicción y hoy
colabora en la parroquia “Nuestra Señora de Guadalupe y San Juan
Diego” ayudando a otros jóvenes a recorrer el mismo camino. Estuvo
presente la ministra de Desarrollo
Social de la Nación, Carolina Stanley.
La realidad sobre las adicciones desde adentro
La reunión sirvió para que el presidente tuviera una visión real y objetiva de la situación de la problemática de adicciones en esta provincia. El padre Belmont tiene 41 años y nació en los Estados Unidos, pero a los tres meses se radicó en Mendoza con su madre. En el asentamiento Campo Papa, donde desarrolla su trabajo, viven alrededor de 5 mil personas que conforman unas 600 familias que en condiciones de alta vulnerabilidad, aquejados también por la problemáticas de las drogas y el narcotráfico.
Entre las actividades que organiza se encuentran una
panadería, talleres educativos, deportivos y culturales, y grupos de autoayuda
donde jóvenes con problemas de adicciones, en situación de calle o que
pertenecieron a bandas vinculadas al narcotráfico, son guiados por
referentes que han estado en situaciones similares y lograron salir
adelante.
Belmont destacó que las personas que lo ayudan con la tarea
comunitaria “ponen todo su corazón” en la villa Campo Papa, que es la más
grande de Mendoza. El sacerdote lamentó que los jóvenes que participan de las
bandas de narcotraficantes corren un alto riesgo de perder la vida y, en ese
sentido, señaló que en los cuatro años que lleva predicando allí no tuvo
información de fallecimientos por sobredosis pero sí de muchos por hechos de
violencia.
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